jueves, 17 de septiembre de 2015

Tendrás tu lugar en la memoria

A ti te escribo, si, a ti. 
A ti que hiciste de la soledad una amante en la noche. 
A ti que el olvido se te llevo por el alfeizar de la ventana. 
A ti que el silencio envuelve tu insomne mirada 
de noche de todo y nada. 
A ti, que mereces el rescoldo de mi alma, 
te buscarán placeres atormentados. 
Te buscará la noche con lunas olvidadas, 
frustradas, de oscura y fría tez. 
Tu, que como polvo 

has entrado en mi cuerpo errante 
dejando en él una explosión 
orgásmica de hipócrita felicidad, 
de abandonarme al abandono, 
del fluir del flujo de los sueños. 
Tú, que en tu silencio obligas a soñar, 
mereces todo y todo he de dar, 
hasta la más fatigable de mis tormentas. 

Recuerda, secreto, 
que en mis noches de cavilaciones 
me encontrarás tumbado entre la vida y la muerte, 
quizás simplemente por tenerte. 
Quizás por recordarte, 
aunque tal vez quiera olvidarte. 

Tú, 
que mereces todo, 
tendrás más que mirada y cielo, 
tendrás tu lugar en la memoria.



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